En un giro sorprendente, la nueva dirigencia del Movimiento al Socialismo (MAS) ha desautorizado al presidente, Luis Arce, y rechazado su llamado a un congreso de unidad liderado por Evo Morales.
En una declaración en la Plaza Murillo, Grover García, recién nombrado jefe del ala Arcista del MAS, afirmó que el congreso mencionado por Arce no se llevará a cabo, y en su lugar, se programará un congreso extraordinario para modificar estatutos y reglamentos que solo benefician a «la vieja rosca del MAS». A tiempos de rechazar congreso de Morales.
Este enfrentamiento interno del MAS se intensifica con la negativa de Evo Morales a asistir al congreso propuesto por Arce, y su insistencia en condiciones específicas para convocar a un congreso de unidad en junio. Mientras tanto, el portavoz presidencial, Jorge Richter, ha instado al diálogo entre las partes para evitar la desintegración del partido.
La tensión entre las facciones del MAS plantea interrogantes sobre su futuro, con la posibilidad de que la falta de unidad interna debilite su posición política en Bolivia.